Santa Isabel de Hungría es un instituto de Jerez, de hecho es donde hice el bachillerato. No pienso hablar de los buenos tiempos que pasé ahí, sino que vamos a ser más técnicos.
La verdad que he sido muy afortunada en estudiar en uno de los edificios más antiguos de Jerez, los turistas pueden visitarlo puesto que hay un museo agrónomo pero siempre en horario lectivo.
Aparte es un edificio histórico patromonio histórico-cultural de Andalucia es un sitio bastante curioso para estudiar, los profesores te cuentan historias del edificio como que estuvo Isabel II, te hablan de la arquitectura, y de los múltiples sitios que han sido de ésto.
Voy a copiar un texto que hizo el profesor de Latín y Griego en la web del instituto.
Nos han dicho que el propio Colón pisó este suelo después de las Capitulaciones de Santa Fe. No es improbable, porque había algún lazo de amistad entre los monjes de la Rábida y los jerezanos. Y además el segundo viaje a América salió de Cádiz y el tercero de Sanlúcar, ciudades tan próximas. Lo que sí sabemos con seguridad es que aquí, antes de partir desde los puertos cercanos hacia el Nuevo Mundo, se concentraban los religiosos de aquella antigua orden militar de Santa Eulalia, luego llamada «de la Merced» por la tarea primordial que su fundador, Pedro Nolasco, se propuso: la redención de cautivos. Justo en este emplazamiento, entre dos de las antiguas salidas del Jerez amurallado, se asentaron los mercedarios ya en el siglo XIV, si bien la atractiva construcción que nos alberga se levantó a partir de los primeros años del siglo XVII.
El claustro y demás dependencias (capítulo, refectorio, celdas, etc.), con los lógicos cambios que el tiempo, las circunstancias y su nueva función han requerido, son actualmente la sede del Instituto Santa Isabel de Hungría. Dos puertas conectan aún lo que hoy es patio de recreo con la Basílica de Ntra. Sra. de la Merced, patrona de Jerez de la Frontera.
No obstante, la conversión del edificio conventual en centro de enseñanza se ha producido tras no pocas vicisitudes. Desde la época de la invasión francesa se vivieron altibajos de diversa índole que culminaron, con la desamortización de Mendizábal, en el paso del conjunto arquitectónico a manos civiles en 1835.
Tras las pertinentes remodelaciones, en 1841 el histórico lugar resurgió como Hospital de Santa Isabel, el primero de carácter municipal. A dicha institución debemos nuestro nombre. Algunas lápidas conmemorativas todavía nos recuerdan la visita de la reina Isabel II y los servicios aquí prestados por D. Manuel Ruiz de la Rabia y D. Juan Fontán de Crespo, o por las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl.
En los años sesenta de este siglo el célebre Hospital de Santa Isabel dejó de existir, reemplazado por otro más moderno en las afueras de la ciudad. La edificación desde hacía años en mal estado, fue víctima del abandono y la ruina hasta que el 29 de diciembre de 1988, en una acertadísima decisión, se adjudicaron las obras para levantar un Instituto de Enseñanza Media. Fueron dirigidas por el arquitecto Daría Gazapo de Aguilera.
Una parte de construcción totalmente moderna se entregó en noviembre del año 89. La restauración del sector que podríamos denominar antiguo fue más pausada, habida cuenta del indescriptible deterioro del recinto. Al comienzo del curso siguiente pudimos ya disfrutar de un añejo pero remozado edificio.
Aparte de algunas aulas y salas donde se ha querido conservar, con sus bóvedas o techos tradicionales de madera, ese sabor, ese ambiente de épocas pasadas, los elementos más llamativos, sin duda, de todo el conjunto son el enorme claustro y la escalera principal. Así describe el claustro nuestra compañera la profesora María Dolores Rodríguez Doblas: «Sus proporciones son equilibradas. Sus galerías anchas. Arcos de gran amplitud. Bóvedas góticas de crucería con nervios combados. Separan las bóvedas, cinco en cada lateral, arcos formeros de medio punto. En las claves aparecen los escudos de la orden y de la ciudad. Los arcos descansan sobre pilares decorados con columnas adosadas de orden toscano y de gusto renacentista».
Como arriba apuntábamos, data del siglo XVII. El sobreclaustro original, ahora con unos amplios pasillos era del siglo XVIII; así como la colosal escalera, construida gracias a los fondos que desde América envió el Padre Sierra. De jaspe parecen ser su zócalo y pasamano, en cuyo arranque se representa un mitológico ser antropomorfo alado.
Hasta aquí un poco de Historia. Son la convivencia y el trabajo diario de los diversos sectores de nuestra comunidad educativa quienes dan nueva vida a estoos viejos muros, que han visto cómo ha venido formándose una cadena continua de eslabones de eslabones ciertamente heterogéneos, pero trabados por ese fin común del servicio a los demás. De hecho, el alumnado que hoy entre estas paredes se educan son en muchos casos, los hijos y nietos de aquéllos que aquí mismo nacieron.
Francisco Antonio García Romero.
A continuación voy a adjuntar algunas fotos del edificio (la parte antigua claro, la moderna es como un instituto cualquiera)
fuente que trasladaron de la calle de al lado
Fuente al completo
Esta es la basílica que contecta con el instituto a través del claustro
Escudo de la basílica
Escucha, mira y diviértete 